Se trata de un tratamiento para atenuar las arrugas de expresión faciales, mejor conocidos como surcos o pliegues. Al gesticular, por ejemplo, cuando reímos o miramos algo con asombro, se contraen músculos faciales y se moviliza la piel de la cara, que se repliega formándose pliegues y surcos.
Estos comienzan a ser visibles gradualmente durante la adultez, pero no lo son en la juventud. Este efecto hace que la persona tratada tenga una apariencia más jóven y como consecuencia que sienta conformidad, que le guste y disfrute. Permite que el sitio donde alguna vez alguien tuvo arrugas o un ceño que parecía siempre fruncido (dando una apariencia de “enojado”), se torne en una piel más tersa y con un semblante notoriamente más agradable.
Este tratamiento esta pensado principalmente para ser aplicado en frente, patas de gallo y entrecejo.